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Eurocontrol pide soluciones

El desplome del tráfico aéreo en Europa, un golpe de 140.000 millones

Shutterstock

Ante el desplome del tráfico aéreo y la consecuente caída de la facturación sectorial, el sector pide medidas claras para poder recuperar sus niveles de actividad y favorecer la recuperación del turismo y los negocios en Europa. ...

Si en los años 80 había 6.000 conexiones aéreas directas entre los distintos aeropuertos del mundo, en 2015 eran ya más de 15.000 las rutas operativas a lo largo y ancho del globo. Esta revolución del transporte ha permitido que el número de pasajeros se multiplique por diez durante los últimos treinta años, favoreciendo un aumento hasta tres veces mayor al crecimiento del PIB global.

Como demuestra el informe “Cielos abiertos”, publicado por el think tank New Direction, Europa se beneficia desproporcionadamente de esa revolución aérea. Hasta comienzos del siglo XXI, el ritmo de crecimiento del tráfico aéreo en el Viejo Continente era similar a la evolución del PIB comunitario. Sin embargo, desde entonces se observa un aumento mucho más acelerado en la aviación. Entre los años 1998 y 2018, el tráfico aéreo subió más de un 250%, mientras que el PIB repuntó un 170%.

El aumento de la conectividad y del número de viajeros se traduce directamente en un abaratamiento de los precios. Haciendo los debidos ajustes para descontar la inflación y hacer una comparativa homogénea en términos técnicos, el precio de volar en 2020 es casi la mitad que en 1980. Lo que antaño era un lujo reservado a las familias más pudientes o los ejecutivos de las grandes empresas se ha convertido en un medio de transporte habitual para la clase media.

Debido a la crisis sanitaria y económica desatada por el covid-19, la aviación se ha visto obligada a reducir drásticamente su actividad. Según los datos de Eurocontrol, el desplome interanual del tráfico aéreo alcanzó el 41% en el mes de marzo y llegó al 88% en abril. Aunque apenas hubo una mejora hasta el 86% en mayo y el 79% en junio, la llegada del verano animó ligeramente los flujos de pasajeros, si bien el dato de julio siguió reflejando una enorme caída con respecto a los niveles habituales, con un 62% menos de pasajeros con respecto al año anterior. En agosto y septiembre, los datos divulgados apuntan a un descenso del 51% y el 53%, respectivamente.

La propia agencia de supervisión del tráfico aéreo comunitario estima que hay dos escenarios de ahora en adelante. Durante el próximo semestre podría darse una mejora paulatina, que estabilizaría el tráfico en niveles un 15% o 20% inferiores a lo habitual, pero también podría observarse un estancamiento, lo que frenaría la mejora y dejaría el tráfico en torno a un 50% o 60% menos de lo habitual. Es importante recordar que Eurocontrol ya realizó una acertada predicción de caída de actividad el pasado mes de abril, de modo su servicio de estudios tiene a su favor el aval de haber realizado unas estimaciones muy precisas en un contexto de gran incertidumbre y volatilidad.

Según el estudio de Eurocontrol, las pérdidas de ingresos derivadas de este desplome del tráfico van a ascender a 140.000 millones de euros durante el año 2020. La anterior previsión, publicada hace seis meses, estimaba una caída de 110.000 millones. Por lo tanto, el golpe sufrido por la aviación es aún más hondo de lo esperado.

La falta de coordinación entre los países miembros de la UE-27 a la hora de fijar criterios comunes ante la pandemia del covid-19 están contribuyendo enormemente a frenar la recuperación sectorial. En este sentido, una posible solución consistiría en el despliegue generalizado de test rápidos de antígenos en los aeropuertos de salida. Esta solución, desarrollada por compañías farmacéuticas como Abbott, permite obtener un diagnóstico rápido, puesto que los resultados se conocen en apenas 15 minutos. La sensibilidad de los exámenes es del 95%, lo que añade una gran certidumbre al proceso.

No conviene olvidar, en cualquier caso, que existe un amplio consenso científico en torno al hecho de que los viajes en avión no constituyen un foco de propagación del covid-19, sobre todo por los filtros de aire que renuevan de forma continua el aire de la cabina. Si a esto se le suma el uso obligatorio de mascarilla durante los vuelos, quizá Europa podría alcanzar un protocolo sensato, barato y uniforme que permita reactivar la aviación, un sector vital para los negocios y el turismo.