El Gobierno de España campeón de Europa en hacerlo mal

El pasado viernes dio comienzo la Eurocopa y este lunes hará su debut la selección española de fútbol después de haber pasado unos últimos días convulsos a causa de la Covid-19 y del Gobierno español...

La situación de incertidumbre que vivió recientemente el equipo español comenzó con un positivo dentro del grupo de futbolistas, el de Sergio Busquets, qué activó todas las alarmas y al que le siguió el de Diego Llorente, que finalmente se quedó en falso positivo.

A partir de este momento comenzó un maremoto de acontecimientos;  pruebas PCRs para todos los miembros de la concentración, debate público sobre si los jugadores debían de estar vacunados ya o no, incertidumbre acerca de si pudiera producirse un brote que impidiese que la selección jugarse el torneo... Con esta situación entra en escena el Gobierno y el Ministerio de Sanidad e informan que la selección sería vacunada en días sucesivos. Pero claro, comienzan a surgir dudas ¿qué vacuna se les pondría? ¿La inmunización les haría efecto a lo largo del torneo? ¿Por qué sabiendo que iban a participar en un gran acontecimiento no se les vacunó antes? 

Todas estas preguntas intentó resolverlas la ministra de sanidad, Carolina Darias, asegurando que los jugadores iban a ser vacunados, pero no con Janssen (como solicitaba el presidente de la Real Federación Española de Fútbol – RFEF -, Luis Rubiales)  sino que serían vacunados con Pfizer dada la edad de los deportistas. Esta decisión conllevaría la vacunación en dos dosis, la primera días antes de comenzar el campeonato y la segunda, en el caso hipotético de que la selección continuase compitiendo, cuando estuviese (con suerte) en cuartos de final. Todo esto suponiendo que no se diesen efectos adversos en ninguno de los jugadores que pudiesen afectar a su rendimiento. 

Por lo tanto, la decisión salomónica tomada por el Ministerio de sanidad – una vez más mostrando su autoridad y decisión como veleta al viento – fue la de vacunar a los jugadores que no hubiesen pasado la enfermedad con Janssen y a los que sí la hubiesen padecido con una única dosis de Pfizer. Para más inri, el Ministerio usó al ejército para vacunar a los jugadores.

Y con toda esta tranquilidad en la concentración de la selección española, mañana lunes 14 de junio, el equipo hará su debut en la Eurocopa 2021 jugando en el estadio de la Cartuja de Sevilla frente a la selección sueca; selección que también vivió casos positivos de Covid-19 en los días previos al inicio del campeonato. El equipo sueco, al igual que el español, llega al torneo sin vacunar a sus jugadores, sin embargo, al menos hay otros siete países que han optado por dar preferencia a los suyos pese a que la UEFA no ha exigido este requisito como obligatorio.

Una vez más vemos al Gobierno de España poniéndose medallas, en este caso por haber vacunado a la selección española de fútbol y asegurando su rápida actuación, al igual que han hecho con los deportistas olímpicos que acudirán a los juegos de Tokio 2020 (cuando es una medida obligatoria para acudir a los mismos). No obstante, lo que han hecho es pasar olímpicamente de los jugadores de la selección y todo su staff. Este ninguneo ha sido sustentado en el Congreso de los diputados por diferentes partidos políticos; la diputada de En Comú Podem, Aina Vidal, catalogaba hace unos días a estos deportistas como “un grupo de 11 hombres dando golpecitos a una pelota” y, sin embargo, son estos mismos grupos políticos los que se vuelven a colgar medallitas cuando gana la roja (cabe pensar que se sienten identificados con el color).

Aunque en vacunación únicamente estamos octavos por detrás de Alemania, Italia, Turquía o Polonia, entre otros, podemos ser campeones de Europa en hacerlo mal, algo en lo que nuestro Gobierno sí que tiene medalla de oro.