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La clave es la eficiencia

Gasto sanitario y lucha contra la pandemia

Shutterstock

No existe una correlación entre un mayor gasto sanitario y un mejor resultado en la contención del covid-19. ...

Gasto sanitario y lucha contra la pandemia

FUENTES NAVARRO | THE CONSERVATIVE

Los países miembros de la Unión Europea dedican anualmente el 9,9% de su Producto Interior Bruto a financiar sus sistemas de salud, de acuerdo con Eurostat. Hay, eso sí, importantes diferencias entre el esfuerzo que realiza cada uno de los socios comunitarios. En un extremo tenemos a Alemania, donde el gasto sanitario asciende al 11,5% del PIB, mientras que en el extremo opuesto aparece Luxemburgo, que consigna apenas el 5,3% del PIB a este mismo propósito.

Otros países que superan el promedio comunitario son Francia (11,3% del PIB), Suecia (10,9% del PIB), Bélgica (10,3% del PIB), Austria (10,1%) o Países Bajos (10% del PIB). Entre los socios que menos recursos dedican a la sanidad están, además de Luxemburgo, Rumanía (5,6% del PIB), Letonia (6,2% del PIB), Polonia (6,3% del PIB), Lituania (6,6% del PIB), Estonia, Eslovaquia y Hungría (todos con un 6,7% del PIB).

Si ajustamos estos datos según el tamaño de la población, encontramos que Dinamarca consigna un monto equivalente a 5.256 euros por habitante, siendo Luxemburgo el segundo país con un nivel más elevado, correspondiente a 5.221 euros. En el extremo opuesto, Rumanía y Bulgaria se mueven en el entorno de los 585 euros. El promedio comunitario para esta métrica son los 2.982 euros. En cualquier caso, este tipo de medición resulta de poca utilidad en términos de política comparada, puesto que la renta por habitante también es muy dispar en las distintas economías europeas.

¿Incide un mayor gasto público en la obtención de mejores resultados frente a la pandemia del coronavirus? Los defensores del Estado de Bienestar así lo afirman. Sin embargo, la evidencia empírica es indiscutible y acredita que no existe una correlación entre dedicar más recursos públicos a la sanidad y obtener mejores cifras en materia de contención de la mortalidad por coronavirus.

Así, hay países con un gasto público muy elevado en el campo sanitario que figuran también entre los que más decesos han padecido por el covid-19, como sería el caso de Francia o Bélgica. Obviamente, también hay países con un nivel significativo de gasto sanitario público y una cifra de fallecidos por coronavirus relativamente baja, como sería el caso de Austria o Dinamarca. Pero es precisamente el hecho de que haya ejemplos de todo tipo lo que demuestra que la clave no está en el gasto, sino en la gestión.

De igual modo, no hay que olvidar que Grecia, uno de los países que menos fallecimientos ha sufrido durante la pandemia, tiene el gasto público en sanidad más bajo de toda la Unión Europea, con apenas un 5% del PIB. No solo eso, sino que la evolución de este indicador durante la década que va de 2008 a 2018 describe un recorte del 25% en estos desembolsos, pese a lo cual los datos de mortalidad por coronavirus han sido muy satisfactorios.

Otro ejemplo significativo lo tenemos en la comparativa entre España y Portugal. Los dos países dedican alrededor del 6% del PIB a su sanidad pública. Sin embargo, cuando comparamos sus cifras de mortalidad por millón de habitantes, vemos que el covid-19 ha provocado el doble de decesos en España que en Portugal.

Si estudiamos todo el gasto sanitario, público y privado, y lo cruzamos con la mortalidad durante la pandemia, también vemos que hay todo tipo de situaciones a lo largo y ancho del Viejo Continente. En Francia, Suecia y Bélgica vemos que el gasto y la mortalidad son elevados, mientras que en Alemania, Austria y Países Bajos hay también un gasto superior al promedio, pero la cifra de decesos es más reducida.  

La clave, pues, radica, en la eficiencia del gasto y el diseño de protocolos sensatos desde el punto de vista de la contención de la pandemia, no tanto en la inyección de más y más recursos que no solo no tienen por qué mejorar los resultados sanitarios, sino que incluso pueden empeorar el sistema al hacerlo más costoso y menos capaz.