La educación sexual: asignatura pendiente

Las leyes sobre el aborto son muy diferentes en los distintos países europeos. Holanda o Suecia cuentan con una legislación muy flexible. Entre los países que más protegen la vida se encuentran Irlanda, Polonia y Malta...

En España, la Ley Orgánica 2/2010 de 3 de marzo permite que una mujer pueda abortar hasta la semana 14 de gestación (22 semanas en algunos casos por enfermedad) independientemente del motivo que le lleve a ello.

Esto quiere decir: ¿Nosotras parimos nosotras decidimos? No es objeto de este artículo entrar en aspectos que tocan a la religión y la ética. Evidentemente, cada mujer es libre de decidir sobre su propio cuerpo y tomar sus propias decisiones (o debería de serlo). Esto es correcto y no una razón de vergüenza que una mujer pueda abortar cuando la maternidad no es una opción adecuada para su proyecto de vida, para su salud o para la de su feto.

Lo coherente sería que las decisiones se tomen de forma responsable y de manera consecuente con como quiere vivir cada uno su propia vida, sin tener que cargar con las secuelas tanto físicas como psicológicas que una decisión de tal magnitud puede acarrear.

La Seguridad Social de España proporciona todo tipo de métodos anticonceptivos gratuitos; desde el preservativo al DIU, pasando por la píldora, consultas gratuitas en matronas, ginecólogos y Centros de Orientación Familiar a disposición de toda mujer que quiera tener una vida sexual sana y quiera planificar cuando sí, o cuando no, tener descendencia. El problema surge cuando, disponiendo de todos los medios de prevención posibles, se llega a interrumpir tres, cuatro, o incluso cinco veces un embarazo a cargo de la Seguridad Social por una irresponsabilidad personal, sin ni siquiera acudir a las revisiones médicas entre una interrupción y otra.

La Ley impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero (Presidente socialista del Gobierno de España entre 2004 y 2011) legalizaba el aborto para jóvenes de 16 y 17 años, si bien el Partido Popular (en su posterior gobierno entre 2011 y 2018) la modificó en el 2015 para requerir consentimiento parental. Actualmente, la ministra de Igualdad del Gobierno de España pretende resucitar la medida de Zapatero para que las menores puedan interrumpir el embarazo sin que sus responsables legales (en la mayoría de los casos, sus padres) lo sepan y mucho menos den permiso formal.

Esta Ley podría poner en tela de juicio el papel de los padres en la educación y tutela. ¿De verdad son “menores maduras” para decidir? La Ley puede ser positiva para chicas cuyos padres o tutores quieran imponer una decisión, pero también puede incluir a aquellos que quieran ayudar a tomarla.

Otro aspecto que destacar es que, a las edades mencionadas, estas menores deberían estar estudiando - en España la educación es obligatoria hasta los 16 años - por lo que no dispondrían de dinero para poder hacer frente al gasto que la interrupción del embarazo supone. Si es “gratuita” por la Seguridad Social, esta correría a cargo de la tarjeta sanitaria de sus padres.

Es necesaria una educación sexual adecuada antes de que las menores tengan que llegar a tomar decisiones drásticas. Cuentan con una cantidad ingente de información sexual en internet que no siempre es la mas adecuada. En la mayoría de los casos la inmadurez a esas edades, junto con la falta de información, les hace pensar que a ellas no les va a pasar y que están libres de contagio de cualquier enfermedad de transmisión sexual. Están muy equivocadas. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas muestra su preocupación por el aumento de este tipo de infecciones entre los 15 y los 24 años.

La educación sexual es una gran asignatura pendiente. Los jóvenes primero hablan de sexo con los amigos; en segundo lugar, acuden a servicios sanitarios y a sus profesores; y, en tercer lugar, preguntan a sus padres. Deberíamos reflexionar sobre ello, es probable que algo esté fallando.