Las primeras ferias han sido pocas y reducidas....
Las restricciones sanitarias aprobadas a raíz de la pandemia del coronavirus, unidas a la crisis económica que se viene desarrollando desde marzo de 2020, han provocado una caída muy significativa en la actividad del sector taurino europeo. Durante la temporada 2020, España sufrió una caída del 90% en el número de espectáculos, mientras que Francia experimentó un descenso del 85% y Portugal se acercó al 80%.
Al producirse un descenso muy significativo de la producción del sector taurino, el campo bravo ha sufrido una durísima crisis económica que tiene serias implicaciones para las ganaderías dedicadas a la crianza de toros bravos. Las quiebras empresariales no han tardado en llegar. Solo en 2020, el número de ganaderías de toros bravos afiliadas a la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) se redujo de 951 a 913, según datos a los que ha tenido acceso Libre Mercado.
En 2021 pueden producirse muchas más bajas, de acuerdo con los indicadores adelantados consultados por THE CONSERVATIVE, que muestran niveles de actividad un 60% inferiores a lo habitual. Aunque estos datos son mejores que el descenso del 90% registrado en 2020, no dejan de reflejar una caída dramática de la frecuencia de celebración de espectáculos, con todo lo que esto supone para los distintos agentes económicos del sector.
El diario económico Libre Mercado ha publicado que “el número de vacas reproductoras, métrica fundamental para medir el tamaño de las ganaderías, ha experimentado un fuerte recorte. Mientras que entre 2015 y 2019 esta rúbrica se movió entre las 90.000 y las 93.000, el dato para 2020 presenta una fuerte caída de casi el 10%, hasta las 82.415 vacas. En total, el año pasado se cerró con 7.983 reproductoras menos en el campo”.
De hecho, considerando la evolución del saldo que contabiliza todos los animales bravos existentes en el campo, Libre Mercado encuentra que los datos para 2020 “reflejan una caída de 219.053 a 208.308. El ajuste, por tanto, es del 5% y se traduce en el hecho de que el tamaño de la cabaña brava se ha visto reducido en 10.745 animales en apenas un año”.
Según el informe presentado por la UCTL para informar de esta delicada situación, la caída de la facturación se concentra en los festejos mayores, donde se observa una caída del 96% a lo largo del año 2020. Esto supone unas pérdidas de más de 150 millones de euros. Además, no hay que olvidar que la venta de carne de lidia en los mataderos suele pagarse un 50% por debajo de otros productos cárnicos bovinos. Por otro lado, la caída del turismo también tuvo impacto en la cuenta de resultados de las ganaderías, que vieron reducido un 80% este capítulo de ventas.
Uno de los problemas centrales con el que lidian los ganaderos es el impacto del excedente de oferta en los precios de venta. Así, los toros lidiados en 2020 se han vendido a un precio de apenas 1.500 euros por ejemplar, muy por debajo del precio medio de 6.000 euros que se observaba en 2019. Por lo tanto, la situación provocada por la pandemia implica un descenso del 75% en el precio medio de venta de los toros. Algo similar ocurre con los novillos o las reses para toreo a caballo, que se negociaban a 4.000 y 3.500 euros, pero han pasado a venderse a 1.000 euros.
En total, los animales lidiados en España por la Unión de Criadores de Toros de Lidia han pasado de 5.383 a 548, un 90% menos. Teniendo en cuenta que la UCTL supone alrededor del 80% del mercado, la tendencia general parece más que evidente.
En los países del Sur de Europa con tradición taurina, se estima que el ganado bravo sostiene más de 20.000 empleos directos, la mayoría de ellos en zonas rurales con poca actividad económica y gran incidencia del paro. Como explica Libre Mercado, “mantener en pie toda esa cadena de valor requiere de la reactivación sectorial, pero las restricciones sanitarias siguen haciendo muy difícil la celebración de festejos, con el consecuente impacto económico para las ganaderías”.
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