Los comicios han supuesto el fin de Pablo Iglesias y dejan muy tocado al Partido Socialista de Pedro Sánchez. ...
Las elecciones regionales madrileñas se saldan con el fuerte crecimiento del PP, el avance de Vox y el hundimiento de Ciudadanos, confirmando la tendencia anotada hace ahora un mes por The Conservative. La subida sin precedentes del PP, favorecida por el liderazgo de su candidata Isabel Díaz Ayuso, y el buen resultado de Vox, que no solo aguanta el tirón sino que mejora sus resultados, contrastan con la desaparición de Ciudadanos, que precisamente precipitó la celebración de elecciones anticipadas al intentar un relevo del gobierno madrileño “por la puerta de atrás” mediante una moción de censura.
Los acontecimientos se precipitaron hace ahora dos meses, cuando Ciudadanos comunicó que tumbaría el gobierno de Murcia y pactaría con la izquierda para tomar el poder en la región. Varios parlamentarios del partido centrista se desmarcaron de esta decisión, tomada por la dirección nacional del partido, que encabeza Inés Arrimadas. La unidad exhibida por PP y Vox, sumada a la fragmentación que provocó esta intentona en las filas de Ciudadanos, hizo que la moción de censura fracasara.
También en Castilla y León se intentó un acuerdo similar y se llegó a presentar otra moción de censura, esta vez impulsada por una izquierda que intentaba animar a Ciudadanos a tomar el control del gobierno regional y romper su gobierno de coalición con los populares. De nuevo, la maniobra salió mal y el poder siguió en manos de las formaciones de centro-derecha.
Los sondeos son claros y pronto pusieron de manifiesto que el electorado murciano y castellano-leonés le dio la espalda a esta maniobra de Ciudadanos, pero la “madre de todas las batallas” era la celebración de los comicios autonómicos de la región de la capital de España. El 4 de mayo, coincidiendo con la histórica victoria que logró Margaret Thatcher hace cuarenta años, el electorado madrileño propició una mayoría sin precedentes a las dos grandes fuerzas de la derecha, PP y Vox, y dejó sin representación a Ciudadanos, convertido ahora en una agrupación marginal sin representación parlamentaria.
Igualmente significativo es que, después de quedarse en un nivel de apoyo muy reducido, el ex vicepresidente del gobierno y líder del partido comunista Podemos, Pablo Iglesias, ha anunciado que dejará próximamente la política. Nada más anunciarse la cita con las urnas, Iglesias abandonó el Ejecutivo nacional y se presentó como el salvador de la izquierda en Madrid. Sin embargo, los resultados cosechados por Podemos son tan malos que Podemos apenas ha conseguido 10 escaños y el 7% del voto popular.
Resulta llamativo, de hecho, que en las filas de la izquierda haya avanzado el partido Más País, liderado por Íñigo Errejón, antiguo socio de Pablo Iglesias que apuesta por una línea política algo más moderada. De igual modo, el Partido Socialista del presidente nacional, Pedro Sánchez, ha sufrido un desplome muy notable, hasta situarse por debajo del 17% del voto.
Si se suman los apoyos recabados por el PP (45%) y por Vox (9%), parece claro que ambas agrupaciones han alcanzado una mayoría muy amplia para implementar políticas basadas en la economía de mercado, la seguridad ciudadana o la defensa de las libertades individuales. En este sentido, no sorprende que Vox anunciase en la misma noche electoral que apoyaría la investidura de Díaz Ayuso, avalando así un claro entendimiento entre ambos partidos.
En clave nacional, la desaparición de Ciudadanos va a permitir un reagrupamiento del voto situado a la derecha de la izquierda, puesto que la nueva situación política favorece la absorción de los votos de dicho partido por parte del PP y consolida el papel de Vox como socio de referencia de los populares. La ley electoral primará que la derecha reparta su voto en dos y no en tres formaciones, aunque es importante que PP y Vox estudien la posibilidad de lanzar candidaturas independientes y de unidad en determinadas demarcaciones donde la situación electoral así lo aconseja.
Por otro lado, la situación de la izquierda empieza a preocupar mucho en La Moncloa, hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que Pedro Sánchez anuncie elecciones anticipadas en otoño para intentar retener el poder y evitar el previsible desgaste político que viene por delante, debido a una crisis económica muy profunda que se suma al hartazgo ciudadano con la gestión sanitaria de la pandemia del covid-19. La irrupción de Más País y el declive de Podemos confirman que la izquierda se fragmenta a tres bandas, lo que combinado con el apuntalamiento de dos partidos en la derecha, puede tener implicaciones notables a la hora de alterar las grandes mayorías políticas en clave política nacional.
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