El juego de las sillas de los ministros españoles

En el año 2021 el día de los Santos Inocentes pasará a ser el 10 de julio; el día en el que el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, nos gastó una broma pesada a todos los españoles...

Hace una semana el Presidente del Gobierno realizó una reestructuración de sus ministros que sólo afecta a la parte socialista. Los cinco ministros de Unidas Podemos seguirán en el cargo.

De buenas a primeras y cuando y nadie lo esperaba – aun habiendo rumores de que podría haber cambios en el Ejecutivo disminuyendo ministerios para ahorrar dada la actual crisis económica derivada de la Covid-19 – Pedro Sánchez nos sorprende con un cambio de cromos, un juegos de trileros en el que lo único que hace es eliminar del Gobierno a personas que supuestamente eran de su mayor confianza, para cambiarlos por otros que ahora parecen serlo más. 

Pero ¿por qué este cambio en estos momentos? Resulta difícil de entender el por qué de destituir repentinamente a figuras que parecían intocables como Carmen Calvo (ex vicepresidenta primera del Gobierno y ex ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática) o José Luis Ábalos (ex ministro de Transportes y Movilidad Urbana) cuando ellos fueron quienes dieron la cara ante todos los españoles por Pedro Sánchez en numerosas ocasiones, sobre todo cuando el Presidente no se atrevía a salir a dar ruedas de prensa para dar explicaciones. 

Imprevisiblemente y por una elección a dedo de ministros, se nos van los malos conocidos y nos llegan otros similares por conocer. Eso sí, en su mayoría todas las nuevas incorporaciones al Ejecutivo son mujeres (biológicamente hablando) con casos como el de Isabel Rodríguez, quien pasó de ser alcaldesa del municipio de Puertollano en Ciudad Real, a ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno. 

Con este cambio de cartas Sánchez parece querer rememorar el famoso anuncio de Nescafé y regalar suelos para toda la vida. Un cambio de cromos que ya empezó cuando se llevaron a cabo las elecciones catalanas en febrero de este año.  El ex ministro de sanidad que en aquel entonces estaba sacándonos de la pandemia derivada del Covid-19 y “contralando la situación”, Salvador Illa, dejó atrás su cargo y remplazó a Miquel Iceta como candidato en la presidencia de Cataluña, por lo que a éste le dejaron un puestecito libre como ministro de Política Territorial y Función Pública de España.

Con este último cambio de posiciones resulta que Iceta salta de nuevo de ministerio, nada más y nada menos que al Ministerio de Cultura y deportes. Hablamos de una persona que en algún momento he reconocido que él no hace ningún tipo de movimiento o deporte pero, eso sí, su abuelo fue jugador del Athletic y seleccionador de fútbol, lo que le da derecho, autoriza, u otorga competencias para ser ministro de Deportes sin tener ni pajolera idea. Esto da mucho que pensar… ¿una persona que trabaje de seguridad en una discoteca o un banco podría aspirar a ser ministro de defensa? 

Los distintos Ejecutivos europeos han destacado en la gestión de la crisis por sacar adelante medidas como la reducción del gasto político o reestructuraciones y reducciones de gobierno, en definitiva, alteraciones de las estructuras políticas con el fin de dar la sensación a la ciudadanía de que los políticos no son una casta aparte y que también arriman el hombro. Sin embargo, en España algo ha cambiado, y el 2021 el día de los Santos Inocentes lo hemos vivido en julio.