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Joven y olímpica

Kuinini “Nini” Manumua

Santiago Mejia/The Chronicle

Kuinini “Nini” Manumua es una joven de 21 años que hace ocho años comenzó a disfrutar de un deporte muy poco común en su entorno, el levantamiento de peso...

Este año estaba todo preparado para que Nini fuese una de las más jóvenes representantes que podrían poner a su pequeña isla, Toga, en el mapa mundial al competir en la máxima categoría de levantamiento de peso. 

Nini ha conseguido cualificarse para participar en los juegos olímpicos de Tokio y en los próximos días empezará a competir, pero este último año no lo ha tenido fácil. A falta de unos meses para empezar los juegos olímpicos, Toga se quedó sin plaza para competir ya que una neozelandesa de 43 años, nacida hombre, quedó mejor cualificada y le quitó el sueño a la joven Nini. Sólo la petición especial del Comité Olímpico de Togo, al ser un país poco representado, ha permitido que Nini compita. 

Esta historia no es sobre la neozelandesa de 43 años que consiguió clasificarse, (superando en 11 años a la siguiente competidora más veterana de las olimpiadas en su categoría), sino sobre Nini, la joven de 21 años que por no haber nacido hombre, casi se queda sin representar a su país en los Juegos Olímpicos.

Desgraciadamente, la historia  de Nini puede convertirse en la historia de miles de jóvenes atletas que desde pequeñas luchan para convertirse en las mejores en su deporte. Deportistas que desde jóvenes se esfuerzan para mejorar día a día y competir en igualdad de condiciones con otras atletas, para asegurarse así una plaza entre los elegidos para representar a su país. Un orgullo reservado para muy pocos y sólo cada cuatro años. 

En el año 2015, el Comité Olímpico Internacional (COI) modificó el reglamento para permitir a personas transgénero competir en la categoría dentro de la que ellos se consideren, abriendo así la puerta a que en estas olimpiadas la levantadora de peso neozelandesa sea la primera que compite en una categoría diferente a su sexo de nacimiento. 

Pero este no es un caso aislado. Durante años hemos visto como personas, principalmente mujeres que nacieron hombres, participan en categorías femeninas de multitud de deportes, en muchos casos, creando desigualdades que saltan a la vista. 

Sí estas situaciones se convierten en hechos más cotidianos y empezamos a permitir que personas con una capacidad física superior (dada la estructura ósea y genética natural de la existencia de dos sexos) participen en competiciones del otro sexo, ¿qué sentido tiene mantener las dos competiciones? 

Este tipo de acciones son una reacción de las leyes de genero e identidad fluida que hemos comentado en multitud de ocasiones en este medio. Si  los legisladores españoles y los legisladores europeos permiten que en el momento que cada uno quiera pueda identificarse con lo que se consideré en ese momento, toda nuestro modelo de vida queda obsoleto.

Es precisamente eso lo que busca está izquierda progre heredera de los comunistas más rancios;  eliminar nuestro modelo de vida, declararlo obsoleto y forzar a que – como todo lo obsoleto – nos deshagamos de él y demos paso a una nueva era. Una era en la que el esfuerzo de una niña y su aspiración a superarse puedan ser destrozados por un hombre mayor pretendiendo ser una mujer. 

El COI permite que una personas con genitales masculinos pueda competir en una competición femenina si sus niveles de testosterona están por debajo de ciertos niveles. Cualquier comité olímpico nacional debería defender a sus atletas femeninas oponiéndose a esta absurda decisión. 

La simple aceptación de este paso, seguramente por miedo al ataque de una opinión publica muy manipulada, pone en riesgo la propia existencia de las mujeres en las competiciones olímpicas. 

¿Cuánto tardaran hombres deportistas mediocres en deportes donde la fuerza es esencial en darse cuenta de que podrían ser mujeres deportistas de élite? 

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