Afganistán: el experimento fallido de EEUU

Afganistán no es el primer país que los líderes americanos han dejado peor de como lo encontraron. La lista de esos países es larga y, lamentablemente, está creciendo...

La razón, en parte, es que durante décadas los académicos de izquierdas en Estados Unidos – al igual que en el resto del mundo – usaron el mundo en vías de desarrollo como un laboratorio para probar sus ideas con las que ya habían fracasado en el pasado y, a pesar de ello, seguían insistiendo con sus pruebas. Las ideas de sobre cómo las sociedades deben ser organizadas con el tiempo han sido principalmente las que han construido gobiernos paralelos de ONGs que trabajan junto al Pentágono, al Departamento de Estado, a Naciones Unidas o a organizaciones como la Unión Europea, para imponer proyectos radicales de ingeniería social a la gente más pobre del mundo que no tiene voz sobre estos asuntos.

Por ejemplo, durante los últimos 20 años el Congreso de Estados Unidos ha asignado cerca de 1.000 millones de dólares para exportar feminismo académico a Afganistán pero, ¿a dónde se ha ido ese dinero? Su destino serían programas como masters de género o estudios sobre la mujer de dos años ofertados en la Universidad de Kabul, algo que aparentemente los aldeanos nunca supieron que necesitaban. 

Otro empeño del Gobierno americano bien financiado fueron las actividades que educan e involucran a los hombres y chicos afganos en desafiar los estereotipos de género quienes, sin embargo, y por lo que vemos a día de hoy, parece que no debieron hacer los suficientes cursos.

Por supuesto, como siempre, las autoridades también impulsaron la más americana de todas sus exportaciones culturales: la discriminación positiva. Asesores americanos exigieron que las mujeres cubrieran al menos el 10% de las plazas del ejército afgano y una proporción aún mayor del liderazgo político del país. Gracias a la imposición americana de las cuotas de género, docenas de mujeres finalmente fueron representantes en el Parlamento afgano. ¿Cómo funcionó esto? El experimento fue una verdadera vergüenza. De hecho, varias de esas representantes nunca han visitado las provincias que pretendían legislar.

Prácticamente nadie en Afganistán quiere nada de lo que Estados Unidos le ofrecía y, ¿por qué iba a quererlo? Tal como reconoció un oficial en un informe clasificado, centrarse en el género puede hacer las cosas más inestables y causar revueltas en una sociedad que no está preparada para avanzar a ese nivel. Efectivamente, se causaron revueltas, pero los oficiales continuaron haciendo lo mismo e impulsaron políticas radicales de género de todas formas, porque podían, porque estaban al mando de esa gente que aún no había llegado al nivel de desarrollo que una sociedad occidental tiene a día de hoy.

Desgraciadamente esta es la cara de Estados Unidos a día de hoy; un imperio que utiliza seminarios de estudio de género a punta de pistola para intentar cambiar países en vías de desarrollo. Pero no sólo Estados Unidos hace esto; la Unión Europea se subió también al carro para el desarrollo de políticas que no son para nuestro beneficio y el de la inmensa mayoría de los países que forman parte. La Unión Europea también ha cooperado y desarrollado este tipo de programas en Afganistán con el apoyo de los distintos países. 

Una de las últimas declaraciones de los ministros españoles al respecto ha sido lanzarse a recoger firmas para evitar que los talibanes eliminen derechos de las mujeres. En esta misma línea dirigentes europeos lanzaron multitud de mensajes pidiendo a los talibanes que respetasen a las mujeres y que formasen un Gobierno inclusivo con mujeres liderando el nuevo Gobierno de Afganistán. Es increíble el liderazgo analfabeto con el que el mundo occidental cristiano cuenta a día de hoy…