España parece ser el único país en el que exhibir la bandera nacional es una señal de provocación y separación; colocándote automáticamente en un bando o en el contrario, como si retrocediésemos a los días de la Guerra Civil...
Se escapa a mi entendimiento el hecho de que los ciudadanos de un país no puedan enarbolar su bandera con orgullo y libertad plena. La ignorancia es lo que tiene. No debemos olvidar que para poder opinar o criticar, primero hay que conocer.
“La bandera nacional es una bandera que representa a un país, que indica nacionalidad. Es uno de los símbolos más importantes que tiene una nación. La bandera nacional sirve para representar al país en el extranjero, pero también como representación de los ciudadanos o del gobierno en el propio país” (Bandera nacional, s.f.).
Para entender el origen de la bandera española tenemos que remontarnos a la época de los Reyes Católicos y a la unión de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y el Reino de Navarra. Sin embargo, de manera resumida, nos centraremos en el origen de la actual bandera española que data de la época del reinado de Felipe V, con la llegada de los borbones al trono, quien eliminó la cruz de Borgoña de los Austrias e incorporó el escudo de armas de los Borbones sobre un fondo blanco.
Con el tiempo, debido a una necesidad marítima, se decidió sacar a concurso el diseño de una nueva bandera para solucionar el problema que suponía la enseña existente en las batallas navales, ya que generaba problemas para identificar a quién pertenecía cada flota. La siguiente imagen representa la docena de bocetos que le fueron presentados a Carlos III para escoger bandera (fuente: Museo Naval).
Fue así como en 1785 se establece la bandera roja y gualda como la bandera naval oficial y empieza a usarse en los buques de la Armada para identificar a los barcos españoles que navegaban en alta mar. Años más tarde, en 1843, tras las batallas contra los franceses y bajo el reinado de Isabel II, se estable como bandera nacional española por primera vez y comienza a usarse en otros ámbitos como puertos o aduanas.
De esta manera, la bandera se fue modificando ligeramente en función de la época histórica en la que nos fijemos. Así durante el periodo de la I República, se modifica el escudo borbónico eliminando únicamente la corona; pero tras la instauración de nuevo de la monarquía se recupera la anterior bandera. Llegamos así a la época que más quebraderos de cabeza provoca, la de la II República, periodo durante el cual se producen los cambios más importantes en la bandera. Se modifica el color de la franja inferior (pasando a morado) y el escudo borbónico (se introduce el lema Plus Ultra).
Con la derrota del ejército republicano tras la Guerra Civil, se recuperan los colores rojo y gualdo y la corona y se introduce el tan “incómodo” águila, que representa a San Juan y homenajea a los Reyes Católicos. Ya con el final de la dictadura y la aprobación de la Constitución de 1978, se establece definitivamente en el año 1981 la actual bandera de España en la que se incorpora el escudo fijado reglamentariamente y del cual hacen uso el Gobierno, la Presidencia, Ministerios y Justicia, no así la monarquía.
Actualmente la bandera se ha convertido en un tema delicado en España, puesto que se usa como un argumento separatista. Parece que no decantarse por el sentimiento regional se considera mal visto y, en ocasiones, cierra muchas puertas. Gran parte de la población española opta por no sentirse español o no se manifiesta sobre el tema. Mantener la neutralidad parece ser la mejor postura, ya que en los tiempos que corren no hacen más que llamar fascistas y franquistas a los que portan la bandera con orgullo en su mascarilla, pulsera o cualquier otro accesorio (ni se te ocurra ponerla en el coche porque eres carne de cañón, rayón seguro).
Llevar una bandera de Estados Unidos o del Reino Unido — y no digamos de Venezuela — resulta de lo más cool, pero la única forma de poder presumir de la bandera española (en contraposición al resto de países) es jugar un partido de fútbol. Y no digamos si gana la selección, entonces banderas al viento y… ¡VIVA ESPAÑA!
En otros países europeos como Alemania, se ha conseguido transmitir la idea de que la bandera pertenece al pueblo, y de este modo nadie debe de aprovecharse de ella. Su bandera no pertenece a ningún partido político, y de este modo nadie es más patriota que el otro. Este es el mensaje que nuestros líderes políticos deberían de transmitir, y aprender de este modo de nuestros vecinos y de nuestra propia historia. Deberíamos poder recuperar la definición inicial de bandera nacional y convertirla en nuestro símbolo; bandera de la que estar orgullosos cuando se ve ondeando alrededor del mundo, ya que fue diseñada para diferenciarnos y es la que nos representa. La bandera no debe de ser una etiqueta sobre la ideología política.
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