A finales del pasado mes se aprobó en Consejo de Ministros el anteproyecto de “Ley Trans” y LGTBI que contempla la despatologización de las personas trans introduciendo en el ordenamiento jurídico la autodeterminación de género...
En España llevamos los últimos 10 años – desde la época del presidente José Luis Rodríguez Zapatero – creando normas específicas para diferenciar a los dos géneros, el masculino y el femenino, con leyes que en muchos casos protegen y favorecen a las mujeres y las colocan por encima de los hombres frente a la ley.
A pesar de que la legislación creada hasta el momento era muy negativa y creaba diferencias entre los ciudadanos (algo que hemos criticado muchas veces en artículos previos), era resultado de un consenso entre los grandes partidos. Sin embargo, ha llegado una nueva izquierda mucho más radicalizada, una izquierda narcosocialista, a dinamitar todos los avances conseguidos hasta la fecha.
La “Ley Trans” va a permitir que cualquier persona, en cualquier etapa de su vida, pueda cambiar de género según le convenga, parezca o apetezca sin la necesidad del visto bueno de un médico, un psicólogo o un psiquiatra, como era necesario hasta ahora. Un simple funcionario de cualquier Registro Civil podrá, sin ningún tipo de supervisión o acreditación, cambiar la identidad sexual de un individuo, i.e. su género, para beneficio (o no) de esta persona.
Ahora bien… creada la ley, hecha la trampa. Serán muchos los que se beneficien de esta situación en base a la picaresca española. Comienzan a salir a la luz ideas de casos concretos en los que considerarse hombre o mujer puede acarrear muchas ventajas. La desigualdad en pruebas para funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos…), cuyas pruebas físicas exigen límites distintos para ambos sexos, o la falta de equidad entre hombres y mujeres en los procesos de divorcio, son algunos ejemplos.
Uno de los casos más preocupantes podría ser aquel en el que los maltratadores o violadores contemplen el cambio de género previa entrada en prisión; decisión que los llevaría a entrar en una cárcel femenina y no masculina, dejando así indefensas a mujeres que podrían compartir techo con sus propios agresores.
Quizá, como se suele decir, el remedio sea peor que la enfermedad. Recientemente hemos comenzado a sufrir las consecuencias de este tipo de desigualdades en ámbitos como el deporte femenino, donde hombres aún con genitales masculinos pueden presentarse a las competiciones femeninas y, no sólo dejar por los suelos a mujeres que llevan una vida entera entregándose y entrenando para poder ser las mejores en su deporte, sino también compartir el mismo vestuario.
No se trata de igualdad ante la ley, se trata de sentido común, de diferencias genéticas y biológicas y de respeto al resto de individuos. Todos debemos tratar de sacar adelante nuestras vidas respetando aquellas leyes naturales pero, sobre todo, las leyes del sentido común, las que la historia nos ha demostrado que funcionan y no las que algunos – con su ideología progresista socialista – quieren imponernos. Bien saben que, tras 50 años de imposición, su ideología comunista ya no engaña al proletario.
En España comenzamos a ver las consecuencias de este tipo de legislación de género que llega de la mano de la izquierda radical, dirigida por Podemos. En Europa se están sacando adelante el mismo tipo de leyes que en España elaboramos hace ya 10, 15 o 20 años. El Parlamento Europeo ha aprobado legislación relacionada con el reconocimiento de género en los últimos meses, de acuerdo con las recomendaciones de la Comisión Europea en su informe de 2020, y pretenden impulsar otras nuevas leyes similares antes de que se acabe la legislatura. ¿Cuándo se le va a poner fin?
Relacionado
La envidia social en Europa
Las consecuencias económicas del “odio a los ricos”Fuentes Navarro • 25.12.2020.
La envidia social en Europa
Las consecuencias económicas del “odio a los ricos”Fuentes Navarro • 25.12.2020.